viernes, 8 de septiembre de 2017

La parábola del sembrador


LA PARABOLA DEL SEMBRADOR.

Otra vez comenzó Jesús a enseñar:
He aquí, el sembrador salió a sembrar; y al sembrar, aconteció que una parte cayó junto al camino, y vinieron las aves del cielo y la comieron.
Otra parte cayó en pedregales, donde no tenía mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra. Pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó.
Otra parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron y la ahogaron, y no dio fruto.
Pero otra parte cayó en buena tierra, y dio fruto, pues brotó y creció, y produjo a treinta, a sesenta, y a ciento por uno
Entonces les dijo: El que tiene oídos para oír, oiga.”.
(Marcos 4: 1-9)

Con frecuencia hemos escuchado historias de personas que reciben advertencias y aun así se niegan a escuchar. Se dice por ejemplo que el capitán del trasatlántico más famoso del mundo, “el Titanic”, había recibido la advertencia de que cerca del área donde navegaba se habían avistado grandes témpanos de hielo; así que le recomendaron que transitara con mucha precaución. Sin embargo dichas advertencias fueron ignoradas. En su afán de impresionar a la prensa, el capitán aceleró el viaje sin precaución alguna y el resultado es por todos conocido. La noche del 14 de abril del año 1912, el Titanic se hundió llevando consigo a la muerte a unas 1.500 personas. Todo por ignorar las señales de alerta. ¿Tú cómo reaccionarás?

En nuestra parábola, tenemos una situación muy similar. Son cuatro tipos de tierra sobre las cuales se siembra la semilla de la palabra del Señor y la manera tan diferente en que éstos reaccionan. La pregunta es ¿Y tú cómo reaccionarás?


1.- LA SEMILLA QUE CAYÓ JUNTO AL CAMINO. Oíd: He aquí, el sembrador salió a sembrar; y al sembrar, aconteció que una parte cayó junto al camino, y vinieron las aves del cielo y la comieron.

Esto representa a aquellas personas que oyen la palabra de Dios, pero no les aprovecha para nada el oírla; son personas cuyos corazones no sienten ningún tipo de interés por la palabra de Dios, son como la tierra del camino; tantas y tantas personas transitaron sobre él que finalmente se han endurecido. Así también los corazones de estas personas se encuentran tan endurecidos que no se conmueven con el mensaje del evangelio; oyen, pero no atienden al llamado de Dios.

Algo sorprendente que tiene que ver con este tipo de terreno, es que el Señor Jesucristo dijo que apenas el sembrador le ha esparcido su semilla, luego vienen las aves y la devoran. Esto significa que cuando las personas escuchan el mensaje, entonces viene el diablo para robar la preciosa palabra que fue sembrada en los corazones, pues apenas alguien te habla de Cristo y luego surgen las distracciones, alguien llama al teléfono y te invita a salir a embriagarte, otro más te aconseja no leer la Biblia porque “podrías quedar loco”, y otros simplemente te dirán que es una pérdida de tiempo. Satanás hará cualquier cosa para distraerte y arrancarte la palabra sembrada en tu corazón.

¿Por qué razón el diablo arrebata la semilla de los corazones? Hace muchos años el diablo se rebeló en contra de Dios; él quería llegar a ser como Dios y recibir alabanza de parte de la creación, por tal razón Dios lo echó de su presencia en el cielo, y lo condenó al castigo del lago de fuego. Así que Satanás sabe cual será su castigo, pero él no desea irse solo; en venganza planea arrastrar consigo a la mayor cantidad de seres humanos que le sea posible. Es por eso que él arrebata la semilla de los corazones a fin de que las personas no crean en el evangelio y pierdan sus almas por siempre en los tormentos del lago de fuego. Esta es la razón por la que tú necesitas entender que si no te arrepientes de tus pecados tú también serás condenado junto con él y sus demonios. (Isaías 14:12-15) (1 Pedro 5:8) (Mateo 25:41).


2.- LA SEMILLA QUE CAYÓ ENTRE PEDREGALES. Otra parte cayó en pedregales, donde no tenía mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra. “Pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó”.
¿Qué representa esto? Esto representa a aquellas personas que en algún tiempo escucharon la palabra de Dios y que incluso la recibieron con gran alegría, pero después de un tiempo, vinieron las pruebas, las dificultades de la vida a causa del evangelio y entonces tropezaron. Todo su gozo y entusiasmo se acabó y abandonaron el camino del Señor Jesucristo. Por eso Jesús los comparó a aquella semilla que cae entre el terreno de rocoso; brotó pronto, pero a causa del terreno no pudieron echar sus raíces en lo profundo y al salir el sol se quemaron. La fe de estas personas es superficial; es decir no es una fe profunda, es solo emocionalismo y nada más. 
 
Es una fe falsa que no puede soportar las dificultades. Querido amigo seguramente has escuchado a personas decir que si vienes a Jesucristo tus sueños se harán realidad, que tendrás una vida de abundancia económica y prosperarás; sin embargo debes saber que la biblia no promete tal cosa; de hecho dice que si vienes a Cristo probablemente tendrás aflicción. Que al venir a Jesucristo es posible que enfrentes la burla de tus amigos, y aun la oposición de tu familia, pero Jesucristo dice que no debemos avergonzarnos de ser cristianos. Debemos confiar en él y él nos ayudará a soportar las pruebas. (Juan 16:13)


3. - LA SEMILLA QUE CAYÓ ENTRE ESPINOS.
Otra parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron y la ahogaron, y no dio fruto.
Estas son personas que escucharon la palabra de Dios; y aparentemente también la creyeron; más sin embargo abandonaron el camino del Señor. Ahora nos preguntamos ¿Estos por qué abandonaron la senda?

Estos son los que fueron sembrados entre espinos: los que oyen la palabra, pero los afanes de este siglo, y el engaño de las riquezas, y las codicias de otras cosas entran y ahogan la palabra, y se hace infructuosa.

Estos oyentes probablemente en un tiempo empezaron a escuchar y meditar en la palabra de Dios, pero se dejaron deslumbrar por los ofrecimientos vanos de este mundo y abandonaron el camino de Dios. El apóstol Juan nos advierte no amar las cosas pecaminosas de este mundo tales como los vanos placeres del alcohol y de los vicios, el juego, las pasiones sexuales desordenadas, las palabras obscenas, el afán y la vanagloria de esta vida, etc. (1 Juan 2:15-17).

Asi que estas personas se afanaron con tantas cosas que les entró el gusto por los vanos placeres de este mundo y la avaricia del dinero, y así las amistades y las malas influencias terminaron por ahogarlos, así como los espinos ahogan la pequeña planta de trigo. Desgraciadamente muchas personas optan por este tipo de vida sin pensar que estos placeres son vanos. Finalmente el placer se acabará, los efectos de las drogas pasarán y quedaran vacíos y sin esperanza. Si esa es tu condición, tú debes abandonar esa vida y venir a Jesucristo. Él te ofrece paz para tu alma y vida eterna que jamás podrás encontrar en los placeres de este mundo.
¿Qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? (Marcos 8:36)
 

4.- LA SEMILLA QUE CAYÓ EN BUENA TIERRA.
Y éstos son los que fueron sembrados en buena tierra: los que oyen la palabra y la reciben, y dan fruto a treinta, a sesenta, y a ciento por uno.

Por último tenemos a la semilla que fue sembrada en buena tierra. Esto representa a aquellas personas que escuchan la palabra de Dios, la reciben y finalmente deciden entregarse a Cristo y el resultado de esto es que dan fruto; es decir, sus vidas son cambiadas por el poder del Espíritu Santo.

Hoy en día muchas personas se consideran a sí mismas cristianas y profesan creer en Dios pero sus vidas no han sido cambiadas; siguen viviendo en el alcohol, en maledicencias, en odio y en una vida sexual inmoral; a estas personas es necesario decirles que no basta decir que se es cristiano. Los verdaderos cristianos dan frutos dignos de arrepentimiento. No basta ir a la iglesia, ni hacer buenas obras, ni siquiera haber sido bautizado, tiene que haber un cambio real en lo profundo de nuestros corazones, y esto se logra solamente cuando tenemos un arrepentimiento genuino. Al escuchar la palabra de Dios nos damos cuenta de que hemos pecado contra Dios y al sabernos indignos del amor de Dios, entonces clamamos a Dios por perdón y Él nos perdona por amor de su amado hijo Jesucristo. 
 
¿Cuál es tu reacción al escuchar la palabra de Dios? La respuesta a esto determina dónde pasarás la eternidad.

¿Te sientes afectado por este mensaje y tienes el deseo de seguir escuchando más de la palabra de Dios? ¿Desearías llevar un estudio de la palabra de Dios o permitirás que el diablo te arrebate esta semilla?

Así es como el Señor desea que nosotros reaccionemos a su evangelio.
  • Dios desea que escuches sus advertencias, que comprendas que has pecado y que por causa de tus pecados mereces la ira de Dios. (Romanos 3:23)
  • Dios desea que entiendas que un día morirás y entonces el Señor te enjuiciará. Dios tiene registrada cada cosa malvada que has hecho y de ello habrás de darle cuenta. (Hebreos 9:27) (Apocalipsis 20:12)
  • Dios desea que sepas que si no te has arrepentido de tus pecados serás arrojado al lago que arde por siempre con fuego y azufre. (Apocalipsis 20:15)
  • Pero también Dios quiere que sepas que Él envió a su amado Hijo Jesucristo a morir por tus pecados y si te arrepientes y crees en él, Dios te perdonará y te dará vida eterna. (Hechos 16:30-31) (Juan 3:16)
Has sido expuesto al evangelio…
¿Cómo reaccionarás tú? ¿Ha tocado Dios tu corazón mediante este mensaje? ¿Entiendes que necesitas arrepentirte de tus pecados y confiar en Jesucristo? Sí es así, entonces ora a tu Padre celestial y pídele la salvación de tu alma. Si lo haces con fe Él te escuchará. Dios te bendiga. 









 

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